jueves, 22 de agosto de 2013

Día 47

Habría de pensar bien qué es esto que cuento pero se colapsa el tiempo cuando intento darme explicaciones tan de poco uso, tan muertitas. No es que lo esté evitando, no, solamente sé que ya no me funcionan. Hay enunciados que han dejando de pronunciarme, los convertí en vicios, sí, de esos que van quitando la vida a cachitos para que uno no se de cuenta.

Ahora ando por el día número 47 de medio dejar de hacer unas cosas y hacer otras, bueno, eso es lo que me voy diciendo. Lo que sigue igual, igual que siempre, es eso de ir diciendo verdades que no son, ficciones que no crecen, ni mueren, y nomás medio nacen de mi boca. Tal vez algún día logre dejar de decirlas pero, para tratar de ser medianamente sincera, no creo que eso ocurra. No será, porque de ser así entonces habría perdido las ganas de crear. Ahora no entiendo claramente dónde es que están esas ganas pero al menos siento que no han muerto, si no no diría tantas mentiras y no me saldrían tan bien... puede ser que se me esté yendo la práctica, eso sí, y esto último sí que me da miedo... miedo de esos que tantos tengo.