Ha pasado tiempo sin que asista al consultorio de Gutiérrez, tres meses o un poco más. No me siento mejor ni peor; tal vez sentirme igual es peor; no quiero hablar de ello.
Hace unas semanas que comencé a soñar de nuevo, considero que es debido a los nuevos afectos, no creo querer hablar de eso tampoco, sin embargo sí de los sueños. De estar con Gutiérrez podría desmenuzarlos poco a poco hasta obtener nada o algo así como perderme en ellos y luego no poder olvidarlos jamás, no porque supiese qué significasen, sino porque Gutiérrez los hubiera hecho pedazos y de esos pedazos me hubiera agarrado. Ahora solo tengo un mal recuerdo de algo que soñé en algún día, algo debido a los nuevos afectos, tal vez.
Ya no está Gutiérrez cerca.
